Capital Cultural, Gobiernos Locales y Espectativas Campesinas en las Zonas Altoandinas de Arequipa.
Soc. Eliseo Zebalos Zeballos*
Las provincias altas del departamento de Arequipa (Caylloma, La Unión, Castilla y Condesuyos) donde se encuentran adscritas 94 Comunidades Campesinas delas zonas lato e interandinas; se caracterizan por tener una economía campesina pobre y de infrasubsistencia, establecidas en dos zonas o ecosistemas diferenciados: la zona alto andina por encima de los 3500 m.s.n.m. con una agricultura de pastos naturales y de secano, apta para la crianza de camélidos sudamericanos y la producción de lanas y fibras; la zona interandina por debajo de los 3500 m.s.n.m. con una agricultura minifundista de riego dedicados al cultivo de tubérculos, cereales y la crianza de vacunos, ovinos y animales menores . Estos pequeños productores de comunidades campesinas y localidades rurales de limitados recursos y condiciones técnico-productivas están articulados y relacionados de manera permanente con la ciudad de Arequipa, a nivel regional, nacional e internacional.
Desde fines de los años de 1970 hasta la actualidad, se aprecia que las condiciones económica, productivas y tecnológicas han permanecido casi invariables; por el contrario las condiciones y relaciones sociales y culturales, se han diversificado, dinamizado e intensificado particularmente el desplazamiento y movilidad poblacional del campo a la ciudad y el retorno de la misma, dando cuenta de una modernidad en comunidades y localidades rurales que se expresa en nuevos hábitos, costumbres y comportamientos compatibles con la vida urbana y citadina.
Los campesinos además de ser fuerza de trabajo para crear bienes, son personas individuales y organizadas en redes sociales de compadrazgo donde la confianza, la reciprocidad y la cooperación constituyen el contenido fundamental de sus estructuras y relaciones sociales (CEPAL, 2002: 16): por otro lado, son personas que poseen elementos culturales intangibles; como hábitos, logros educativos, capacidades: capital cultural como recursos potenciales latentes para enfrentar la adversidad de su pobreza y desarrollo : ¿Cuál es el contenido de ese capital social y cultural? ¿Qué trascendencia y expectativas tiene en el nuevo perfil de los liderazgo?. Son aspectos que abordaremos en el presente trabajo.
3.1 Tradición Andina y Relaciones Sociales
La reciprocidad, el apoyo mutuo y la solidaridad, son los valores que dan cuenta de la existencia y persistencia de las comunidades campesinas en la zona andina del Perú, pero en la medida que transcurre el tiempo estos valores no tienen la misma preponderancia, ni el contenido, como se asumía décadas atrás. Alejandro Diez manifiesta que la comunidad campesina “es un espacio de defensa colectivo, una alternativa de desarrollo colectivista, o simplemente un mecanismo de refugio contra la pobreza para aquellos que no tienen opción a caminos familiares de promoción” (A. Diez, 1999: 3). Parece estar claro que la comunidad sería un espacio de coordinación, interacción y representación entre múltiples unidades familiares donde a los antiguos valores de reciprocidad, cooperación, cohesión, respeto y confianza mutua , se asocia con distinta primacía, sentimientos como la amistad; discordia y la indiferencia, se institucionalizan en un contexto de localidad tal como aparece en el siguiente gráfico :
FUENTE: Encuestas Sociología UNSA 2004
Los valores ideológicos y culturales variados, propios de la tradición andina, como la cooperación familiar comunitaria, la reciprocidad y la ayuda mutua, asociadas a un conjunto de favores poco mercantilizados, a un espacio donde confluyen migrantes de distintas comunidades para formar la localidad; como apreciamos en el cuadro anterior. Resulta que en los lugares más lejanos entre el 45 y 60% de campesinos, valoran la amistad relacionada con la vecindad de la comunidad local.
La discordia asociada a la indiferencia tiene un peso significativo del 35.7%, se constituyen en valores centrados en la familia y el individuo, en la medida que se amplía el mercado interno, crecen las ferias y tienen mayor sentido urbano, las capitales de distritos y los intereses individuales, van imponiendo su primacía.
3.1 Capital Cultural y Nuevos Liderazgos
El capital cultural que se inicia con los hábitos y costumbres socializados en la familia, pasa por el logro educativo y profesional adquirido en los centros formales de educación superior ( Pierre Bourdieu,1997: 18-21), asociado a un conjunto de redes sociales y de parentesco, vecinos y asociaciones de coterráneos, aportan cierta protección, pero por sí solo no puede solucionar la pobreza de las comunidades altoandinas que registran bajos índices de desarrollo.
Como capital cultural es necesario dar cuenta de los aspectos que explican la formación y características del mismo. Primero, aprovechar las posibilidades de acceso a la educación básica dentro y fuera de la localidad al esfuerzo de lograr una profesión (en las universidades, institutos públicos y privados), como lo están haciendo familias campesinas para que sus hijos accedan y logren la profesión deseada. Segundo, es el sistema de compadrazgo, que le permite pertenecer a redes dentro y fuera de la comunidad con un grupo de parientes y amistades con los cuales se articula contratos diádicos no sólo de interés material, sino con un fuerte contenido ético y de espiritualidad, que obliga y compromete la solidaridad franca y sincera en los momentos difíciles de las familias, particularmente, de los las migrantes a Arequipa, Majes, Lima o al extranjero como sucede con los de Cabanaconde que ahora radican en EE. UU. de Norteamérica.
¿Cómo ha cambiado la apariencia, el perfil educativo y profesional de los actores que detentan el poder de las instituciones y gremios, particularmente de los gobiernos locales?
Después de 1968 con la dación de la Ley de Reforma agraria Nro. . 1776, irrumpe un sistema gremial organizacional campesino contestatario, y el surgimiento de un conjunto de dirigentes y autoridades que dejaron atrás la simple alfabetización de primer o segundo grado, así como la antigua vestimenta de cordellate por un Jean y un cartapacio James Bond, con secundaria a medias o completa y muy litigante para la familia y la comunidad. Bastaba acercarse a las inmediaciones de las oficinas del Ministerio de Justicia de ciudades como Puno, Cusco, Arequipa, con notoriedad y facilidad se podía evidenciar la nueva condición y tipología de dirigentes.
José María Argüedas, allá por los años de 1942, describía al dirigente campesino como un personaje letrado pues sabía leer y escribir, con un mínimo de relaciones y amistades en la ciudad (particularmente empleados de la administración estatal), que con anterioridad preparaba su apariencia y vestía un pantalón de cordellate[1] con hojotas o sandalias y una talega anudada por la parte superior (saquillo ancho y corto de lienzo) generalmente sucia y percudida en la que guardaba celosamente los expedientes, solicitudes y otros documentos por tramitar, un litigio comunal o juicio familiar.
En un taller donde participaron dirigentes de gremios campesinos y técnicos de ONGs que operaban en Cusco, Puno y Arequipa, se puso en tapete la discusión sobre el nuevo perfil de los dirigentes y promotores, luego se sintetizaron las siguientes características (1996):
- Ser residente y estar empadronado en la comunidad.
- Tener liderazgo y aceptación en su base.
- Vocación para la agricultura y ganadería.
- Tener como mínimo 5to año de primaria.
- Ser nombrado y/o elegido en asamblea general de su localidad
- Tener iniciativa, vocación de servicio y sociabilidad
- No ser mayor de 45 años
- Garantía de permanencia en la localidad
- Documentación completa (currículum vitae).
Producto de la aplicación de una encuesta a 120 dirigentes, para ver el nuevo perfil que exigía la sociedad de los dirigentes, los resultados fueron como sigue:
Gráfico N° 19 Condiciones que debe reunir un Buen Dirigente:
Fuente: Encuestas- sociología UNSA 2004
Del gráfico se deduce que más del 35% exige la honradez, fundamentalmente en relación al manejo de los recursos económicos (apropiación ilícita, malversación), en segundo lugar al 23% le preocupa los conocimientos, la capacidad asociada a la instrucción. En tercer lugar, la capacidad de gestión ante las instituciones públicas y privadas y conseguir beneficios para la comunidad. El cumplimiento de las promesas puede estar asociado a la honradez, en todo caso, es otra condición importante así como la de ser joven (no mayor de 45 ó 55 años de edad), por supuesto que está descontada la electividad en asamblea, ya que para cualquier decisión por más pequeña que fuese, consultan a la asamblea general.
Para ser elegido o nombrado como autoridad, también se exigen los mismos requisitos, con mayor interés en la efectividad, de lo contrario será menoscabado el respaldo y consenso para ejercer su cargo. Con el protagonismo que han adquirido las municipalidades, uno de los peldaños importantes para llegar con reconocimiento y legitimidad plena a ser autoridad edil, es necesario tener la experiencia dirigencial dentro o fuera de la localidad, mejor si es dentro de ella.
En las décadas de los años 40 y 50 en el campo; particularmente en la zona andina, solo las autoridades eran letradas “saber leer era la clave”, después de la década del 50 con el fenómeno del proceso migratorio y los cambios generales de la sociedad, la educación y la salud de los campesinos se mejoran en los últimos 15 años; las condiciones han sido más intensas; la contienda y disputa por cargos rurales y de alcaldía municipal pasan por ser fundamentalmente pugna por miembros de la comunidad que tienen una profesión o estudios superiores para acceder a una responsabilidad edilicia, al comparar la situación entre 2004 y el 2007 ya se reflejan esos cambios tal como lo podemos deducir del gráfico:
Gráfico N° 20 Nivel Educativo Comparado de los Alcaldes 2004-2007
FUENTE: Oficina Nacional de Procesos Electorales ONPE-2007
En ese periodo de 4 años la profesionalidad se incrementa en el 19% y baja la presencia de candidatos que tienen menor escolaridad secundaria y primaria hasta un 3%. Es que cada año las exigencias de la profesionalidad son mayores, resulta necesaria en la medida que ahora los municipios, por más pequeños que sean tienen presupuestos y recursos descentralizados, como el FONCOMUN, y el Cánon Minero, es por ello que para gestionar la implementación de proyectos se exigen niveles técnicos de especialización. Si miramos al pueblo de Chivay retrospectivamente encontramos que estos últimos 15 años la Alcaldía ha sido ocupada solo por profesionales (abogados, profesores, arquitectos, médicos etc.), esta tendencia se acrecienta tal como apreciamos en el siguiente gráfico:
Gráfico N° 21 Profesión de los Alcaldes 2004-2007:
El nivel educativo tiene relación directa con la condición profesional de alcaldes y regidores. En el año 2004, el 29% son docentes, sin embargo en el año 2007 baja al 20% y aparecen otros profesionales como son los administradores y contadores (30%). Para el año 2004 tenemos un 34 % entre ingenieros y técnicos, sin embargo, en el año 2007 se diversifican esas y otras profesiones como: comunicadores, mecánicos, físicos, etc. Los que tiene primaria van reduciendo su cuota de participación.
Estos profesionales se han forjado y capacitado en la ciudad de Arequipa, particularmente en la universidad, retornan a su pueblo, para acceder a un cargo de dirigente o autoridad, en este caso de Alcalde. Regresan no sólo por las dificultades y las pocas oportunidades para acceder a un empleo cómodo en la ciudad, sino también por las nuevas condiciones en que se administran los gobiernos locales que hace 10 ó 15 años era una función “ad honórem” y con presupuestos limitados. Hoy la vida se ha municipalizado en los pueblos; la descentralización, la nueva disponibilidad de recursos presupuestales, ha resultado siendo una de las atracciones y disputas cruentas y reñidas de sus pobladores para acceder al poder
La educación primaria como nivel de instrucción ha sido superada por hombres y mujeres, son pocos y excepcionales los casos de dirigentes con educación primaria, que por su tradición de dirigente, el prestigio y estatus dentro de la comunidad accedieron a ser alcaldes como es el caso de Coporaque o San Juan de Tarucani, Madrigal, Choco, etc.
El proceso de profesionalización de la responsabilidad municipal es trascendental, tener ese requisito y membresía es importante para salir victorioso en una contienda electoral. Además del sistema administrativo, las nuevas funciones y responsabilidad en el manejo presupuestal, exige personal capacitado para hacer de la municipalidad una gestión eficiente y transparente.
El mito de la educación básica, primaria y secundaria, ha sido reemplazado por el mito de la profesión, el nuevo capital cultural, los nuevos servicios de salud, asociado al sistema de redes sociales que se han formado a través de los distintos procesos de migración; da cuenta de una tendencia creciente en la calidad de ese capital cultural necesario para enfrentar los nuevos retos que demanda las difíciles y precarias condiciones de vida.
3.1 Visión y Expectativas
“Nosotros efectivamente somos pobres; pero hay otros que son más pobres que nosotros”, son expresiones de campesinos de Callalli (Pachachaca y Chalhuanca). Éste es un autoreconocimiento público reconfortante, sin desánimo, porque no se sienten los únicos ni los primeros, pareciera que con ello pretenden justificar las condiciones de atraso y precariedad en que viven, pero al mismo tiempo censuran con resignación su estatus; y otros indignados, siempre dispuestos a apostar por un mundo diferente, sus expectativas y visión de superar la precariedad en que viven; algunos buscan la causa en ellos mismos; otros, en terceros, como el Estado, tal como podemos apreciar en el siguiente gráfico:
Gráfico N° 22 Expectativas Generales de los Campesinos:
Más del 40 % piensa que una de las maneras de superar las condiciones críticas de vida es con el apoyo de las instituciones públicas y privadas. Esto se puede interpretar como un paternalismo histórico, esperan que otros les resuelvan sus problemas, no confían en sus propias fuerzas, sin embargo, la tercera parte sólo confía en su propio esfuerzo y la fe religiosa, asociadas a Dios.
A propósito de estos comportamientos y afirmaciones encontramos un conjunto de visiones o formas de describir sus propias aspiraciones, estilos de vida y el porvenir que les depara, varían de acuerdo al nivel educativo, la edad, condición económica, nivel de relación con la ciudad, sus vínculos con las instituciones públicas y privadas, etc. Estas visiones comunes entre los campesinos son:
a.- Visión Organizacional y Capacitadora: información y nuevos conocimientos.
b. Visión Teo-filantrópica: asumen que la situación difícil, precaria incluso la condición de “desgracia”, se debe a fuerzas sobrenaturales y sagradas. Los propios campesinos exclaman es “la gracia o el castigo de Dios”, por lo tanto, hay que rezar y rogar a los santos, que en algún momento se apiade de ellos, y dejarán de ser “desgraciados y pobres”, de lo contrario sólo les queda la resignación.
c.- Visión Paternalista: ¡Jefe, señor! “A nosotros nadie nos ayuda, estamos abandonados, queremos que las ONGs y Estado nos apoyen. En este contexto de paternalismo y membresías se desarrolla el sistema de “compadrazgo-prebendatario” para acortar distancias de confianza y garantizar prebendas y favores personales y familiares.
d. Visión Autodeterminista: “Estamos cansados de recibir a uno y otro funcionario” no hay resultados exitosos. Renuentes al apoyo nacional o extranjero, argumentan que su pobreza debe ser asumida por ellos mismos aunque las condiciones cada día se presentan más difíciles.
En conclusión, el mapa cognoscitivo, la visión esperanzadora o de resignación se traduce en sus expectativas, en ese sentido la de mayor alcance es por el futuro de sus hijos, piensan, que ellos no deben seguir como productores agropecuarios. De cada 100 campesinos jefes de familia, dos aceptan o manifiestan que sus hijos sí pueden acceder a mejores condiciones sin salir fuera de la comunidad y que pueden superarse trabajando como productor alpaquero, el 98% tiene la expectativa que sus hijos logren ser profesionales con preferencia en determinadas carreras como: maestros, policías, enfermeras, etc.
Gráfico N° 23 Expectativas de Preferencias Profesionales de los Campesinos para sus Hijos:
FUENTE: Encuestas ASDE 1994- Sociología UNSA 2004
El futuro de las próximas generaciones según el criterio de los campesinos está fuera de la localidad, porque los recursos no abastecen para seguir sosteniendo mayor número de familias; ser profesional o tener un hijo profesional es uno de los mejores deseos relacionados al estatus y prestigio, además les permitirá articular otro tipo de relaciones sociales fuera de comunidad; por lo tanto, se preocupan porque sus hijos estudien; el mito de la educación se prolonga con el mito de la profesionalización de los hijos, no es suficiente que el hijo aprenda a leer y escribir, sino que logre una profesión.
En 1994, el ideal mayor de los campesinos era que sus hijas fueran enfermeras (20.9%) y sus hijos varones maestros (33.4%) o que fueran policías (20.8%) cuando la policía gozaba de cierto respeto y autoridad frente a los campesinos, de igual manera ser maestro significaba gozar de status y prestigio dentro de la comunidad. Estos modelos han ido variando en la medida que los campesinos se desplacen con mayor frecuencia a la ciudad, tienen información de otras profesiones de tal manera que ahora anhelan que sus hijos sean de preferencia médicos (medicina humana o médicos veterinarios) 33.8 %, posiblemente porque hace diez o quince años estos profesionales escasamente llegaban a los centros de salud con sede provincias, sin embargo, hoy están o visitan distritos y pueblos alejados, de igual manera ser administrador de empresas resulta atractivo para los campesinos.
En conclusión, los paradigmas educativos y profesionales que se instalan en la conciencia campesina, van cambiando paulatinamente en la medida que la relación con la ciudad es más continua, pues adquieren información; el papel de los medios de comunicación como la radio, la TV, la propia relación con un conjunto de funcionarios y profesionales de las distintas instituciones públicas y privadas, asociada con los nuevos niveles educativos, les permite ubicarse y así buscar las mejores ventajas personales y familiares. Resignados, pero la historia no debe repetirse con sus hijos, esa apuesta mueve las montañas del nuevo porvenir “fuera de la comunidad”, aunque finalmente serán pocos los que accedan a ese mito.
La filantropía, el asistencialismo y la autodeterminación, son sistemas reflexivos del mapa cognoscitivo campesino, que dan cuenta de la voluntad, el sentimiento y visión, frente al progreso y el cambio, así mismo constituyen la base de sus expectativas, superación de su proyecto de vida, donde la familia y los hijos son su apuesta y compromiso del quehacer diario. Las expectativas familiares trascienden los marcos de la localidad, asumen que los recursos productivos tan escasos, y sus limitados esfuerzos no les va permitir mantener y mejorar las condiciones de vida de las futuras generaciones; por lo tanto, el porvenir de sus hijos está fuera de la localidad, accediendo ante todo a una profesión que hace una década tenían preferencias el profesor, policía o enfermera; ahora es el médico, agrónomo, contador o administrador, es la expresión del nuevo mito campesino; "el mito de la profesionalidad".
El mito de la educación ha sido trascendido por el mito de la profesión, el nuevo capital cultural que cuentan las localidades rurales desde el punto de vista del nivel educativo, las nuevas condiciones de salud, asociado al sistema de redes sociales que se han formado a través de los distintos procesos de migración; da cuenta de una tendencia creciente de la calidad de ese capital cultural necesario para enfrentar las difíciles y precarias condiciones de vida.
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* Sociólogo, docente Principal del Departamento Académico de Sociología de la facultad de Ciencias Histórico Sociales de la Universidad Nacional de san Agustín de Arequipa-Perú. Ponencia presentada en el XV CONGRESO PERUANO DEL HOMBRE Y LA CULTURA ANDINA Y AMAZÓNICA relalizado en la ciudad de Arequipa- Perú del 29 de octubre al 2 de noviembre del 2007. que se
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